Esta historia sucedió no hace tanto tiempo y no fue en un lejano país, sino en un país muy cercano (siempre en el mundo de la fantasía).
Existió una vez un pequeño grillito, que en realidad era un grillo de campo que había decidido mudarse a la gran ciudad cansado de cantarle a las estrellas noche tras noche y que nadie le agradeciera su canto.
En realidad, cuando hablamos de canto pensamos que lo hacemos con la garganta y la boca, pero el grillo canta moviendo ligerito sus alitas y patitas, y cuando quiere cambiar de lugar con sus largas patitas salta.
¡Qué emoción sintió al llegar a la gran ciudad, edificios altos, bajos, pequeños, grandes y una cosa curiosa también tenía un cielo con estrellas, pero en menor cantidad que en el campo.
Y también aparecía la sra Luna ¿ que cosa no? se preguntó el grillito y cansado de tanto saltar, decidió hospedarse en la primera casa que tenía un agujerito por el cual pudo entrar.
¡ Pero AYY!! ¡ qué escándalo al salir el Sol!
¡ Cómo gritaba la sra de la casa.
Para congraciarse ( sabes lo que es congraciarse, caerle bien o ser agradable a alguien haciendo gracias) comenzó a dar muchos brincos, y cuando paraba cantaba muy fuerte! Pero ahí fue cuando conoció a la escoba, pero por suerte sólo le había hecho un poco de viento, pero ...¡ qué susto se pegó! y decidió mudarse rapidito.
Esta vez saltó mucho, no iba a meterse en cualquier lugar, hasta que llegó a una casita muy alegre y silenciosa.
¿ No había gente, ni niños?
Lleno de curiosidad el pequeño grillo entró por un agujerito que estaba abajo de la puerta de entrada,
Silencio.
Bueno- pensó el grillito- hoy dormiré mejor.
Al pasar la mañana y la tarde, el grillito fue despertado por unas voces que no se parecían en nada a la voz de la sra Gritona, al contrario!
Su curiosidad pudo más y se dirigió hasta el cuarto de donde provenían .
Allí vió a un señor., una señora y una pequeña niña, las antenitas del grillo apuntaron hacia ella, parecía tener un dolor, no hablaba pero a veces se quejaba despacito.
Al rato el grillo entendió, la pequeña estaba enfermita de una rodilla, hablaban de una operación.
El grillo aprovechó la distracción y curioseó alrededor y decidió que el cuarto más cercano a la niña era un pequeño baño y allí se instaló ( sabes que es instalarse, es quedarse en un lugar.)
Pasaron las horas y el grillo desde su rincón vió como traían a la niña al baño y después la ayudaban a llegar a su camita.
De noche cuando todo estaba en silencio y a oscuras, el grillo se animaba a salir y llegarse hasta donde estaba la niña y mirarla mientras dormía.
Así pasó el tiempo y una noche en la cual niña no dormía, comenzó a cantar despacito moviendo ligerito sus alitas.
Inmediatamente la niña se sentó en la cama exclamando: ¡ un grillo, un grillo!!
El grillo dejó de cantar asustado y salió saltando para su escondite.
Al día siguiente la niña comenzó a caminar muy despacito, pero su mamá ya no la llevaba, sino que iba caminando cerca de ella por si la necesitaba, hasta que llegó el día en que la niña empezó a caminar solita.
El grillo que era muy valiente y deseoso de ver si le gustaba su canto, comenzó a mover sus alitas y allí salió la melodía.
Adelita, que así era el nombre de la niña, sonrió y dijo : - ahí estabas sinvergüenza ! y yo que creí que te habías ido!! Canta , por favor , canta para mí!- exclamó feliz.
Y el grillito contento movía cada vez más fuerte sus alitas y el canto llegaba a la niña hermoso y puro.
Y así se hicieron amigos, aún cuando Adelita no llegaba a verlo porque Juan ( así era el nombre que la niña le había dado) siempre cantaba desde su escondite.
Para ambos el día se les hacía largo hasta la noche, en que Adelita llegaba al baño y Juan empezaba a cantar.
¡ Qué bien se llevaban, por fin alguien le aplaudía y le pedía otra canción!¡ AH, era justo lo que había soñado siempre que alguien apreciara su canto ( sabés lo que es apreciar, es dar valor a algo, reconocer que es bueno o lindo).
Para Adelita que era única hija ¡ por fin tenía un amiguito que no fuera un juguete o algún compañero de clase!
Durante el día Juan dormía mucho porque se preparaba para estar bien despierto para dar su concierto a la niña.
Por esa razón ese día estaba muy dormido, cuando una señora con un gran balde echó agua con algo muy fuerte, que lo despertó, asustado vió que su escondite se llenaba una y otra vez con agua jabonosa.
¡ quería avisarle aunque sea con su canto, pero cuando quiso mover sus alitas, estaban tan mojadas que no pudo.
Cuando la señora terminó, cerró la puerta y se fue.
El pobre Juan se sintió muy enfermito y muy débil.
Pasaron las horas y comenzó a oscurecer, pronto vendrá Adelita pensó el grillito, pero no pudo moverse.
La puerta se abrió y la niña comenzó a hablar suavemente,
-Juan ya estoy aquí, canta para mí.
El pobre grillo, se sintió cada vez más débil y con gran esfuerzo intentó mover sus alitas, no pudo.
Adelita seguía llamándolo y al no tener respuesta, comenzó a buscarlo, pero su rodilla recién operada no le permitió tirarse al suelo para ver mejor.
Triste la niña exclamó¿ te fuiste Juan? ¿ estás enojado? ¿ no cantarás más para mí ?.
Desde su cuevita, Juan veía la cara de la niña y observó sus ojitos tristes y sacando fuerzas de donde pudo, comenzó a cantar.
El esfuerzo era grande y Juan pensaba que sonaba fuerte como nunca, pero a la niña llegaba una melodía triste y débil.
Comprendió entonces que Juan estaba muy enfermito y trató de encontrarlo, pero no pudo.
Su canto cesó ( sabes lo que es cesar? es terminar) y sus ojitos se cerraron despacito.
La niña como pudo se tiró al suelo y encontró la cuevita y sacó a Juan todo mojadito.
Trató de secarlo con un trapito, pero todo fue inútil.
Adelita lo llevó al jardín y lo colocó sobre una hermosa flor, cubriéndolo con sus pétalos.
Se secó las lágrimas y miró al cielo, todas las estrellas brillaban como nunca y al mirarlas sintió sobre su carita una pequeña lluviecita.
Era el llanto de todas las estrellas por Juan, ese grillito que cuando estaba en el campo, les cantaba a ellas todas las noches alegrándolas.
¡ Si supieras Juan, cómo llora el cielo por vos! ...todos te extrañamos!..dijo Adelita
De pronto se oyó una melodía suave, después más fuerte y sonora y pronto invadió el jardín llegando hasta el cielo.
¡ Juan, -gritó Adelita ¿ estás bien?y allí sobre la flor se encontraba aquél grillito de campo feliz muy feliz, moviendo ahora sus alitas muy ligerito, pues se les habían secado.
Cantó contento al comprender que siempre lo habían oído, y su canto sonoro llegó hasta las estrellas.
¡ Canta Juan, canta más fuerte!- dijo la niña.
Y Juan sonrió y cantó como nunca, porque comprendió que no necesitaba más aplausos para saberse querido ...
... Y su hermoso canto se perdió en la noche entre la sonrisa de Adelita y el brillar de las estrellas.
..¡ Y colorín colorado, este cuento ha terminado!..
¡ Hasta pronto, amiguitos!
La abuela Tata-













